Corría el año 1780 cuando el Cabildo Catedralicio y el Concejo de la ciudad de Murcia, acordaron que la Fiesta de la Patrona se celebrase en la Catedral, el domingo siguiente al día 8 de septiembre.
Cierto es que la Virgen era sacada de su Santuario de La Fuensanta cada vez que era necesario una rogativa por el agua que, bien desbordaba campos, como se hacía necesaria ante las continuas sequias de la zona.
Así, cada primera quincena de septiembre la Virgen de la Fuensanta retorna a la Catedral para presidir las Fiestas y Feria en su honor. El jueves, diez días antes de su Festividad es trasladada en Romería.
Ya en la Catedral se celebra un Novenario preparativo para su Festividad y el domingo siguiente al día 8 se celebra ésta con una solemnísima Procesión Claustral por las naves de la S. I. Catedral (Procesión que se hizo por primera vez en 1788 y en la que la imagen luce sus mejores galas), seguida de la Misa Pontifical en su honor.
Al martes siguiente tiene lugar la Romería de retorno de la Virgen de la Fuensanta a su Santuario. Es Fiesta Local en Murcia y cada año se cuentan por miles los fieles que acompañan a la “Morenica”, conformando una de las romerías más multitudinarias de España, junto a las de la Virgen del Rocío, la Virgen de la Cabeza o las celebraciones de la Virgen de los Desamparados.
Una de las cosas que más han unido al pueblo murciano ante su Virgen, es el canto de su “Himno” que creara el poeta Pedro Jara Carrillo y el compositor Jerónimo Oliver Alviol.
La imagen de la Virgen de la Fuensanta tiene origen gótico, aunque fue retocada en el siglo XVIII por el imaginero Roque López, atribuyéndose el Niño a Francisco Salzillo.
A las 7 de la mañana, tras una misa rezada, es llevada la Virgen de la Fuensanta, desde la Catedral a su Santuario en el Monte. A su paso por las calles de la ciudad, abarrotadas de fieles, la romería adopta la forma de procesión, con devotos en largas filas, las autoridades y el clero.
Es en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen donde se finaliza el cortejo procesional y se organiza la romería. Por la carretera de Algezares, asciende una fervorosa muchedumbre que acompaña a la Patrona, portando muchos de sus integrantes los tradicionales velones encendidos.
Es un día de fiesta, de peregrinación y de solemnidad, donde los murcianos se reúnen en torno a su Virgen para acompañarla a su retiro invernal en el monte.
Los pétalos inundan el paso de la imagen y recogen en su vuelo el agradecimiento y las peticiones formuladas íntimamente por los fieles que esperan con ansia que la imagen vuelva a visitarles el próximo año, y que ellos estén presentes para volver a agradecerle los favores que han hecho durante este tiempo de ausencia.
Tras escuchar la misa celebrada en la explanada y presenciar la entrada de la Virgen en santuario, los romeros realizan una comida popular bajo la sombra de los pinares
Los lugares predilectos para refugiarse a comer son el cenobio de la Luz o los sombreados parajes del Valle, la Cerrilla o la Cresta del Gallo, con su vistas privilegiadas.