Gabriel Carrión, 10/03/2023 12:17
Acabo de ver el cartel del Ministerio de Igualdad, del GOBIERNO DE ESPAÑA, que reza, al parecer dentro de una campaña denominada Por una educación para la igualdad. En él una chica “empoderada”, o al menos eso creo, con cara de dominadora, lo cual me parece genial, parece estar dominando a un chico que la mira, así como acojonado. La muchacha entrada en carnes nos da el mensaje, al parecer necesario, de ahora que ya nos veis, hablemos de feminismo. Como si de feminismo sólo tuviéramos que hablar quienes tenemos más o menos la vista bien.
A las mujeres siempre se las ha visto y por lo tanto, los hombres siempre han estado dispuestos a hablar de feminismo con todo tipo de mujeres, de personas, sean del género que sean o se definan sexualmente como consideren; quizá a lo que no nos acabamos de acostumbrar es a que se insulte a otras mujeres, subiendo a redes videos con menores que gritaban aquello de que la madre de Abascal a lo mejor debería haber abortado, como si la madre de dicho personaje no fuera una mujer con todos los merecimientos; tampoco creo que nos acabemos de acostumbrar a la suelta de delincuentes sexuales, debido a una negligente ley que nació en dicho ministerio, por cierto teniendo en cuenta además que la gran mayoría son pedófilos y pederastas, es a ellos a quienes la ley más a beneficiado. Esto de ser hombre en estos días parece que es una infamia.
A mi, debo confesarle que el cartel me mola, siempre he tenido una cierta predilección por las mujeres entradas en carne. Pero lo que no acabo de entender es el símbolo bananero del puño en alto que está incluido en el mismo. Un símbolo que sólo representa a stalinistas, marxistas radicales y viejas glorias del comunismo leninismo más rancio que se pueda recordar. Quizá cabría decirle al gobierno de Sánchez que no somos una república bananera y que a lo mejor a los españoles no nos agrada que nos insulten con un puño en alto, cuando el dinero que se está utilizando es de todos. Imagino que habrá alguien que les diga a estas “modernas” del Ministerio de Igualdad, modernas de tambor y pandereta, claro, que este país se merece un feminismo más serio.