A finales de este mes de mayo se celebra una peculiar fiesta en Alcantarilla, pueblo cercano a la capital murciana.
Además de que el buen tiempo anima a salir a la calle para festejar cualquier acto e interrelacionarnos con los vecinos y disfrutar de la primavera, tenemos la tradición religiosa a la patrona de este municipio, la Virgen de la Salud.
Ya en la época medieval, al poco de crearse la localidad de Alcantarilla, se construyó una pequeña ermita en honor a Nuestra Señora La Pequeña, un culto fomentado por la Orden de los Mínimos. En 1545 una riada asoló la población, que se encontraba a la orilla del rio Segura, y entonces se decidió volvió a renacer pero edificando en un terreno más elevado. También hubo de reconstruirse la ermita de la Virgen Pequeña. Cuenta la historia que a finales del siglo XVII, una trágica epidemia de peste amarilla asoló la población de Alcantarilla. Los vecinos, deshechos por las terribles pérdidas y viendo que la enfermedad no remitía, decidieron encomendarse a su patrona sacándola en procesión y rogativas (como era costumbre en la época). Para los alcantarilleros, la Virgen obró el milagro al remitir entonces la enfermedad, y es por ello que desde entonces la imagen será conocida y nombrada como la Virgen de la Salud.
En tiempos de la desamortización eclesiástica de 1837, la veneración a esta Virgen disminuyó, pero retomó auge a principios del siglo XX, con la creación de la Hermandad que lleva su nombre, gracias al impulso del médico Emilio López Palacios.
Como en tantos otros pueblos, durante la Guerra Civil, la imagen desapareció, y la que se puede ver ahora es obra del imaginero Nicolás Martínez Ramón, quien la hizo una vez terminada la guerra.
En los primeros años de postguerra la devoción por Nuestra Señora de la Salud es pobremente mantenida, destacando la labor y la lucha por el culto a esta Virgen que llevó a cabo el camarero Antonio “El Manco”.
En el mes de Mayo de 1948 la Virgen es sacada en procesión por el pueblo, aunque la celebración no tendrá continuidad. Tiempo después, en 1955, es nombrada Alcaldesa Honoraria de la Villa.
Estos hechos indican el resurgir del culto a la Virgen, pero no será hasta 1971 cuando Alcantarilla cuente con unas fiestas patronales anuales, principalmente por el impulso realizado por el párroco José García Martínez y el alcalde Fulgencio Pérez Artero.
Un par de años después, en 1973, la Hermandad de Nuestra Señora de la Salud se constituye oficialmente. Mientras que en 1996 la Patrona recibe la Medalla de Oro de Alcantarilla por la corporación municipal.
La Quema de la Bruja
No se conoce el porqué de esta tradición, pero se cree que fue durante la Inquisición en el municipio de Alcantarilla, entre los siglos XVI y XVIII.
Tiene relación con la quema de brujas que el Santo Oficio perseguía durante esa época, y donde muchas mujeres murieron en la hoguera por ser sospechosas de brujería.
Hubo un acto público en el que el Santo Oficio decretó la expulsión de dos maestras: Catalina García y Pascuala Ginesa, acusadas de curanderismo y de pactar con el Diablo. La tradición oral da fe de la existencia de magia hechiceril en el territorio alcantarillero, pero no hay indicios de que hubieran ‘brujas’ en Alcantarilla.
La realidad es que esta fiesta pagana se ha convertido en epicentro del mes de mayo en Alcantarilla. El momento de la quema de la Bruja es uno de los más relevantes y mágicos en estas celebraciones. La Federación de Peñas, como portadora del valor de la Bruja, se encarga de organizar todos los actos vinculados a esta conmemoración. Se nombra al Brujo o Bruja del año, a algún personaje que durante ese tiempo ha sido de algún modo relevante para la vida del municipio. Se recibe a la bruja, se pasea por las calles de Alcantarilla, se juzga, y finalmente se llega a la noche de la famosa quema.
Todo este evento se convierte en un verdadero festival escenográfico, cargado de historia y fantasía. Las miradas de cientos de vecinos y visitantes se concentran en el lugar donde tendrá lugar el acontecimiento, sumergiéndose en un mundo de colores, luces y sombras, en el que todos los ojos se centran en el fuego de las antorchas que pondrá fin a las fiestas. Esta práctica, que tiene continuidad desde 1979, va conociendo aportes y reformas año tras año, principalmente por la creciente intervención en estos eventos de las distintas peñas locales.
Para los alcantarilleros la Bruja es uno de los principales elementos identificativos de Alcantarilla