A quienes nos gusta la historia sabemos que mirar hacia atrás para reconstruirla, incluye un paseo por las tumbas de nuestros cementerios. Allí se simplifica la historia de las gentes de la zona y podemos hacernos una idea a simple vista, de a qué clase social pertenecían, por ejemplo.
En Lorca tenemos el cementerio de San Clemente fundado en el año 1900 y atribuido al arquitecto José Antonio Rodríguez que cuenta en su haber con 34 panteones inscritos en el Catálogo del Patrimonio Cultural de la Región de Murcia con grado de protección I.
Este grado de protección, según la Ley de patrimonio de Murcia dice que comprende “los elementos urbanos o arquitectónicos a los que se les dispensa una protección integral, es decir, que habrán de conservarse en su unidad construida y en todas sus partes.”
Una de las tumbas más históricas es la de la Sra. Adela Cachá Arcoya, de estilo gótico. También del mismo estilo tenemos la del Vizconde de Huerta y el de la familia Casalduero que en la calle San Clemente se puede contemplar perfectamente su fachada gótica con una interesante labor de tracería inspirada en la de los arquitectos flamencos del XV.
En una zona más elevada se encuentra el panteón de María del Suceso Delgado, de 1912. Es de estilo modernista, muy bello y con un retablo en su interior.
En este cementerio lorquino están enterrados miembros ilustres de la sociedad del municipio del siglo pasado como el pintor Manuel Muñoz Barberán o el poeta Eliodoro Puche.
La tumba del escultor, pintor, ilustrador, caricaturista y director artístico Emiliano Rojo, fallecido en 1965, está junto a la de su padre y conserva un bajo relieve en mármol que el propio Emiliano hizo para la lápida de su antecesor.
El panteón de la familia Abellán, que data de 1907, tiene un diseño que recuerda la arquitectura barroca lorquina. En su parte central tiene una cruz, a su lado dos ángeles alados y en el centro el Espíritu Santo. Es fácil de ver si nos acercamos a este cementerio, pues está en la calle principal del camposanto, frente a la entrada.
Según describe Pilar Wals en un fantástico artículo para el diario La Opinión de Murcia, en 2021, describiendo la cripta de los Condes de San Julian que se encuentra en el Santuario de la Virgen de las Huertas. El bello relieve de carácter funerario tallado en mármol es obra del escultor valenciano Mariano Benlliure. Fue un encargo de la condesa Emilia Pérez de Meca para inmortalizar la memoria de su difunto marido. Sin embargo, finalmente la obra no fue dedicada al conde fallecido, dada la cercanía del segundo enlace de la viuda con un primo suyo. Años más tarde serviría para recordar al hijo de ambos, el joven Víctor Mellado Pérez de Meca, que falleció en 1929.
El otro gran camposanto de Lorca es el de San Cristóbal, que cuenta con los panteones de grandes sagas empresariales del curtido de piel. De entre sus capillas destaca por su singularidad la de Acacio Mateo Pérez-Castejón, antepasado del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Como todos recordamos, en 2011 la ciudad de Lorca sufrió un terrible terremoto que desestabilizó estructuras de varios panteones haciendo caer parte de sus ornamentos. Diez años después, de las treinta y cuatro capillas que resultaron dañadas, sólo doce habían presentado un proyecto de restauración en la Concejalía de Cultura de Lorca.