ANÉCDOTAS MURCIANAS

Cuando Alberto Hill, historiador e investigador de la cultura sucinera por arraigo familiar se trasladó al campo de Murcia para realizar su trabajo, se encontró con diversas situaciones que llamaron su atención. De ellas, el mismo autor nos deja las más peculiares que vivió

Autor: Alberto Hill Giménez

Inicié mis viajes por Murcia el año 2007 buscando a mis antepasados maternos, e intentando conocer Murcia en todas sus facetas: geográfica, histórica, gastronómica, archivistica, y toponímicamente, etc…

Durante estos años hay algunas anécdotas que pienso pueden ser interesantes para el lector de este Blog, o al menos eso creo.

EL DIFUNTO:

Entrevisté en dos ocasiones a D. Pedro Jiménez Jiménez de Sucina, pero que vivía en Librilla. De joven Pedro estuvo trabajando de mozo de vaquería con mi abuelo en Cornellá de Ll. , y tuve interés en hablar con él, que por cierto tenia una fonética muy similar a mi abuelo , lo que ya me sorprendió gratamente de entrada.

Al cabo de unos cuantos años el “amigo” de Sucina J.A.L.I.  me comentó que Pedro había fallecido recientemente y me vi. en la obligación de llamar telefónicamente a la familia para darles mis condolencias por dicha muerte. Me atendió una chica con acento sudamericano a la que me presenté, y a la que comenté mi interés por dar el pésame a la familia. La mujer, entonces, me comentó que Pedro estaba vivo, descansando en la habitación de al lado. Es una de las pocas veces que sentí aquello de “tierra trágame”. Pedí disculpas y le rogué a la cuidadora que no comentara nada a la familia sobre mi llamada telefónica y los motivos de la misma.

Escribí al “amigo” J.A.L.I.  para comentarle este lance pero nunca me contestó , por lo que deduje que se trató de una broma de mal gusto.


El joven Pedro Jiménez Jiménez en Cornellá de Ll. cuando trabajaba de mozo de la vaquería de Francisco Giménez Baños

REPORTAGE FOTOGRÁFICO

Mi familia murciana, abuelos, tíos, primos se establecieron durante años en la calle Soler y Cortada de Cornellá de Ll., donde yo nací. Al iniciar los trabajos “murcianos” antes mencionados me pareció buena idea realizar un reportaje fotográfico sobre las construcciones de dicha calle ya que muchas de ellas iban a ser derruidas en un nuevo plan urbanístico. Ni corto ni perezoso cogí mi cámara fotográfica y realicé el reportaje, bajo la atenta mirada de un grupo de personas de etnia gitana que vivían en un extremo de la calle, y que habitualmente comían pipas , no delante de su casa, sino delante de la casa del vecino y así no ensuciar su portal. Fui debidamente interrogado por dicho grupo de personas y tuve que dar explicaciones del por que y para que…

Al día siguiente fui a llevar la cámara fotográfica para que revelaran el carrete fotográfico, y cual no fue la sorpresa del comerciante que me comentó que la cámara no tenia ningún carrete en su interior.

Así que tuve que volver y realizar otra vez el reportaje acompañado por mis nuevos amigos que , en esta ocasión, no fueron tan amables como en la primera ocasión, interrogándome agriamente por el motivo de tanta fotografía.

La calle Soler y Cortada de Cornellá de Ll. que en su día estuvo poblada de una auténtica colonia de inmigrantes originarios de Murcia

LEL CEMENTERIO DE SUCINA

El primer viaje que realicé a Sucina, fue un viaje familiar en Abril del año 2007, durante la Semana Santa con mi esposa Ana María y mis dos hijos. A nosotros no nos asusta visitar cementerios, así que nos plantamos en la puerta del cementerio de Sucina , con la intención  de ver lápidas de mis antepasados, pero la puerta estaba cerrada con un candado. Hicimos alguna fotografía del exterior y cuando ya nos íbamos apareció un hombre con una vieja motocicleta y abrió el candado para recoger algunas herramientas y aprovechamos para pedirle permiso para acceder, y nos comentó que dejaba el candado abierto para nosotros, pero que lo cerrásemos al marchar. La visita fue muy positiva por la información obtenida. En realidad fue la única gestión donde obtuve alguna información sobre mis antepasados, ya que llovió toda la semana, el cura estaba ocupado en decorar la Iglesia y no pudo atendernos, y los lugareños no pudieron informarnos sobre la casa donde nació y vivió mi abuelo, o sobre noticias sobre mi familia a la que nadie recordaba.

Fotografía familiar del año 2007 en la puerta del cementerio de la pedanía de Sucina

NATILLAS MURCIANAS

En el segundo viaje , que realicé, en solitario la información ya fue mas fluida, ya que por las mañanas consultaba documentación antigua en los archivos públicos murcianos y por la tarde visitaba innumerables Casas de Campo, ayudado por los mapas topográficos nacionales. Pero al mediodía tomaba en alguna cafetería algún menú gastronómico sencillo. En una ocasión pedí de postre natillas murcianas y cual no fue mi sorpresa que trajeron las mismas natillas con galleta maría y asimismo con un trozo de canela en rama que durante años mi madre nos preparaba, comentando que era crema catalana.

EL AIRE ACONDICIONADO

Realicé muchas consultas durante tres años en el Palacio Almudí sede del Archivo Municipal de Murcia, edificio del siglo XVIII con gruesas paredes, que en verano cuando el calor aprieta se instala en el interior del edificio con mucha intensidad, provocando en mí grandes y desagradables sudoraciones.

Al cuarto año me pasé a saludar a los amigos y empleados de dicho archivo,  cual no fue mi sorpresa cuando observé que había aire acondicionado, y al comentarlo me informaron que hacia años que estaba instalado el aire acondicionado pero como yo realizaba las consultas durante el mes de agosto, y dada la antigüedad de la instalación, justo antes de mi llegada, se averiaba y hasta septiembre no se solucionaba la avería, y por ello decidieron instalar un equipo nuevo en la Sala de consultas, el año en que yo ya no tenia que realizar ninguna de ellas.

EL PLUMIER

Otra anécdota graciosa me ocurrió en el Archivo General de la Región de Murcia que contiene el Archivo Histórico Provincial, situado en le Avda. Juan Carlos I de Murcia capital. En mi primera visita el año 2009 y con la poca experiencia que tenia, me presenté en dicho archivo provisto de un plumier que contenía de todo:  tijeras, adhesivos variados, lupa, rotuladores de colores, linterna, bolígrafos, lápiz corrector, etc…aparte de la carpeta que suelo llevar siempre conmigo.

Cuando el responsable de la Sala de consultas, el entrañable y eficiente Vicente Montojo Montojo observó todo aquel arsenal que tenía desplegado en mi mesa, junto con documentos del archivo de los años 1700 a 1800 casi le da un ataque al corazón. Muy diplomáticamente me regaló una pequeña publicación con las normas a seguir en la consulta de documentos, ya que sólo está permitido un lápiz y un papel en blanco para tomas anotaciones.

EL SEÑOR LUIS

Pero esa no fue la única anécdota que tuve ese día en el Archivo General de Murcia, ya que a media mañana se sentó delante de mi mesa de trabajo  un hombre que identifiqué al cabo de un rato como el Sr. Luis, con el que tuve algún trato postal a principios de mi búsqueda genealógica, pero que terminé por desconectarme de él porque me omitió informaciones que para mi eran muy valiosas y preferí ir por libre. No se si fue “casual”  ese encuentro o los servicios de información del Sr. Luis  fueron muy eficaces. Evidentemente no le saludé y él tampoco lo hizo.

EL ARCHIVO GENERAL DE LA REGION DE MURCIA

En agosto del año 2011 me personé en el Archivo General de la Región de Murcia con el fin de realizar una profunda consulta de testamentos y compra-ventas. Cual no fue mi sorpresa que la recepcionista me informó, con una amplia sonrisa,  que el almacén estaba en obras y no se podía acceder a la consulta de documentos.

Le informé que venia de Barcelona expresamente con los gastos que ello conllevaba…gasolina, peajes autopistas, hotel de estancia, restaurantes, etc…

De repente se acordó que gracias a una carta que yo había enviado, días antes, sin más pretensión que informar de mis intenciones, me habían separado la documentación y que estaba a mi disposición durante la semana de mi estancia en Murcia.  Uff¡¡¡¡¡¡

MAPA TOPOGRÁFICO

Durante varios años intenté, sin éxito, adquirir un ejemplar del Mapa Topográfico Nacional Hoja 934 . Murcia – Escala 1/50.000 primera edición del año 1932, y no había ni modo ni manera de poder comprarlo. En una de mis visitas a la Casa de Los Gavilanes (ahora Piedra Buena) de Sucina, lugar de nacimiento de mi abuelo Francisco Giménez Baños , entablé amistad y conversación con el hijo del encargado de la finca, Francisco Jesús Gómez, y al mostrarle un mapa parecido de una edición moderna, cual no fue mi sorpresa cuando sacó de un cajón de la oficina un ejemplar del mapa antes referido, lo que causó una parálisis cerebral al que narra esta anécdota.

No detallaré los malos pensamientos que tuve en aquel momento, pero reconozco que fueron de muy baja estopa, pero pudo más la amistad que el instinto asesino. Al cabo de unos cuantos años pude comprar un ejemplar de dicho mapa en un portal de internet.

                                Mapa Topográfico Nacional- Hoja Murcia 934

                               Escala 1/50.000 – Primera edición- Año 1932

MESSENGER:

Una de las anécdotas más sorprendentes ha sido la comunicación con una “prima lejana” que vive en una pedania de Murcia. Con fecha 02.05.2016 me escribió  M.G.J. a través de Messenger manifestándome que yo era hijo de una prima de su abuelo. Como no estoy habituado a comunicarme a través de Messenger me di cuenta de su mensaje dos meses más tarde, concretamente el 11.07.2016, contestándole “Acabo de darme cuenta que hace dos meses……” y aproveché para recabar más información sobre su familia.

Su respuesta se produjo el 08.09.2020 es decir cuatro años y dos meses más tarde y su encabezamiento fue “Acabo de darme cuenta que…..”

REFRESCOS:

Uno de los aspectos que valoraba más en mis pesquisas murcianas eran las entrevistas personales con familias que habían tenido contacto en su día con la mía.

Así que tuve unas cuantas y en todas el procedimiento fue el mismo. Se hacia la entrevista y se tomaban notas, y al cabo de una hora o dos horas me despedía con la boca seca.

Lo que me sorprendió era que cuando tenía un pie en la calle todos me decían:

¡¡¡ Oye pero si no te hemos ofrecido ningún refresco ¡¡¡  ¿Quieres tomar algo ?

Como volver a entrar en la casa era un poco incómodo se desistía de la invitación. Al principio no le di importancia a esta costumbre del Campo de Murcia, pero cuando fue repitiéndose tomé medidas, y compré una pequeña nevera portátil que llenaba cada mañana de hielo y bebidas las cuales eran consumidas con avidez cuando la entrevista había finalizado.

Espero que ésta última anécdota no moleste a ningún lector, y que el humor supere al resquemor…

LA CERCA DE ENMEDIO

Mis antepasados Triviños vivieron y trabajaron en una finca denominada “La Cerca de Enmedio” de la pedanía de Sucina, y me interesaba realizar un pequeño reportaje fotográfico sobre la misma. Como había intentos pasados infructuosos por parte de un amigo que tuvo que alquilar una avioneta para poder realizar alguna fotografía aérea, escribí al propietario de la finca manifestándole mi interés “familiar” para visitar la misma, pero mi carta no fue contestada, como la mayoría de escritos que envío.

En el mes de Octubre del año 2011 aproveché la presentación de mi segundo libro para acercarme personalmente a la finca que evidentemente tenia una valla protectora , y cuando estaba a punto de saltar la pared, observé que había instalado un timbre interfono al lado de la gran puerta metálica corredera.

Llamé al timbre y me contestó el propietario en persona, y al presentarme se acordó de mi carta y desde una distancia cercana a un kilómetro pulsó el botón de abertura de la puerta corredera que se accionó, y me permitió acceder a la finca. Los propietarios fueron muy atentos y me permitieron realizar el reportaje fotográfico que necesitaba.

                                         La casa de la Cerca de Enmedio

LAS  SANDIAS .

Dejé en depósito al “amigo” J.A.L.I.  unos cuantos ejemplares de mi primer libro sobre la pedania de Sucina, y al cabo de dos años , aprovechando otra visita , le solicité como buen catalán “pasar cuentas” de dicho depósito.

No se si fue una estrategia para no pasar cuentas pero mi “amigo” me llevó a unos invernaderos, y me llenó el coche de sandias maduras, que por cierto a mi no me han gustado nunca. No tuve la precaución de colocar las sandias en cajas, así que durante las posteriores visitas que realicé, las sandias se iban dando golpes entre ellas y se abrían, y si añadimos las altas temperaturas durante el mes de agosto en el Campo de Murcia, el portaequipajes del vehículo no hubiera pasado evidentemente una inspección de sanidad.

El coche era de la familia y lo compartíamos ocasionalmente con mi hermano y mi sobrino , así que el olor nauseabundo que estuvo presente durante algunos meses fue motivo de comentarios variados, porque yo aplicando la discreción murciana no conté el origen de dicho aroma murciano.

EL APELLIDO ALBALADEJO

En nuestra empresa tuvimos que modificar el rótulo de la fachada y buscando en las páginas amarillas encontré una empresa especializada de Cornellá de Ll. cuyo titular se apellidaba Albaladejo  (No confundir con Albadalejo). Cuando el hombre se personó le pregunté si su familia era de origen murciano y me contestó que si, y al preguntarle si eran originarios de la pedania de Sucina, el hombre y yo quedamos muy sorprendidos, ya que efectivamente eran originarios de esa pedania murciana, que ni los múrcianos saben donde está ubicada.

Noviembre de 2021

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