Magdalenas de harina de garrofa.

Marisa Gil. 13:52, 20/01/2021

El clima mediterráneo es propicio para la propagación de árboles centenarios. De todos es sabido que el olivo puede vivir a extremas temperaturas año tras año, como la vid; pero hay otra especie arbórea menos conocida como proveedora de alimentos a día de hoy, pero que se va imponiendo en las cocinas de muchos restaurantes. Me estoy refiriendo al algarrobo o garrofero.

En latín el garrofero se llama Ceratonia Siliqua y pertenece al género de Ceratonia, derivado del griego Keras, que significa cuerno, por la forma de su fruto, y se encuadra dentro de las leguminosas.

Se ha considerado a la algarroba como un fruto de tercera categoría, pues dio de comer en épocas de hambruna a la población que menos poder adquisitivo tenía, para después ser utilizada como alimento para el ganado.  Llama la atención su forma alargada y de gran tamaño, con unas semillas duras, incomibles si no se trabajan antes. 

Cierto es que cuando el fruto está maduro y su color es marrón muy oscuro, si las probamos encontraremos un sabor dulzón fuerte y no desagradable; mientras que su fruto llamado, garrofín, se suele moler para obtener harina y también se aplica en productos farmacéuticos, cosméticos y textiles o como aditivo alimentario.

Es un alimento muy energético, pero de bajo índice glucémico; es decir, sus azúcares son de absorción lenta lo que hace que no tengamos picos altos de azúcar en sangre. Tiene mucha fibra y aporta hierro, calcio, magnesio, zinc y fósforo, así como vitaminas del grupo A y B. Es bajo en grasas y no contiene gluten ni lactosa en su forma natural.

Se defienden las propiedades beneficiosas del D-pinitol, sustancia presente en la vaina de la algarroba y que tiene propiedades antidiabéticas, antioxidantes y con potencial para disminuir el riesgo de desarrollar algunos cánceres.

MAGDALENAS DE HARINA DE GARROFA
Necesitaremos:

175 gr. De harina de espelta
75 gr. De harina de algarroba
1 taza de bebida de avena
100 gr. De aceite de oliva
7 cucharaditas de miel.
1 sobre levadura
Media naranja.

Y lo haremos así:

Mezclamos y batimos la bebida de avena con la miel y los huevos. Tamizamos las dos harinas e incorporamos. Batimos bien y después añadiremos la levadura y la naranja para volver a batir. 

Echamos en moldes de magdalenas y en 12-14 minutos, a 180 º en horno sin precalentar, están hechas.

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